Vistas de página en total

12/5/18

LA VIOLENCIA QUE VIVIMOS:





En el caso específico de las mujeres que trabajamos dentro de la Industria Cinematográfica del país, queremos resaltar:


Tradicionalmente en el mundo del cine, particularmente en el área de dirección donde prevalece la presencia masculina, el ambiente se presta para generar conductas de dominación y abuso de poder por parte de los hombres hacia las mujeres.

La industria del cine en México es desigual. Existen pocas mujeres a la cabeza de la producción y realización cinematográfica. Las mujeres que retrata el cine mexicano no nos representan con dignidad. Históricamente han predominado contenidos machistas, misóginos y denigrantes.

El cine con mayor número de espectadores en nuestro país gira en torno a historias sobre la familia, comedias románticas y terror. Los personajes de las mujeres son personajes planos, sin trasfondo, sin sueños, sin convicción, cuyas acciones están supeditadas a los deseos y las decisiones masculinas, y a los condicionamientos sociales y culturales.








Los casos de denuncia pública por violencia sexual de Karla Souza, Stephanie Sigman y Paola Nuñez, generaron interés sobre la violencia que experimentamos las mujeres en la Industria del Cine, tanto en el ambiente laboral como académico. Sin embargo, no hubo un cambio real para prevenir casos futuros que garanticen nuestra integridad en el trabajo, en las escuelas y  todos nuestros derechos.

Recientemente, a manera de resarcir los daños y gracias a las denuncias públicas y penales presentadas en contra de Harvey Weinstein, Bill Cosby y la ya conocida contra Roman Polanski en Estados Unidos de América (EUA), la Academia de Cine de ese país respondió expulsando a los tres imputados. Este hecho sienta un precedente de acciones responsables y congruentes de parte de la Industria para erradicar la violencia contra las mujeres, no es  el caso en México, pues:

El Instituto Mexicano de Cinematografía, a través del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), otorgó recientemente un subsidio al actor y director de cine Gabriel Retes, quien, con dicho apoyo filmará una película que tiene como título tentativo, o definitivo: “Identidad Tomada”. El punto toma relevancia sobre las exigencias, cuando tenemos conocimiento de que hay víctimas de prácticas de acoso, intimidación, condicionamiento y abuso sexual de parte del señor Retes. A la fecha existe una denuncia penal en su contra.

Como mujeres, vemos con preocupación que las denuncias hacia este tipo de prácticas han sido, y siguen siendo silenciadas debido a la falta de mecanismos para el acceso expedito de la justicia , el diagnóstico, identificación de agresores y reparación de los daños a las víctimas. El abuso de poder y la intimidación ejercida en contra de las mujeres hacen referencia directa a la impunidad y normalización de la violencia de género en nuestra industria.

Es momento de que desde los espacios de formación hasta las instituciones públicas y privadas que respaldan el quehacer cinematográfico, cuenten con códigos de ética en donde se estipule una tolerancia cero y sanciones concretas en contra de cualquier tipo de agresión hacia las mujeres, de igual forma con medidas específicas y eficaces de prevención.

Nosotras; actrices, directoras, productoras, cinefotógrafas, editoras, sonidistas, directoras de arte, vestuaristas, maquillistas, maestras, estudiantes y trabajadoras de la industria nacional del cine queremos ejercer nuestra profesión en un ambiente libre de violencia y en donde se respeten nuestros derechos humanos. Exigimos que las instituciones tomen medidas inmediatas en pro de erradicar la violencia contra las mujeres en la industria cinematográfica y audiovisual para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades.


POR LO ANTERIOR EXIGIMOS:






No hay comentarios:

Publicar un comentario